viernes, 28 de agosto de 2009

¿Qui est veritas?

He dicho en diversas oportunidades que el hombre es "búsqueda". ¿Búsqueda de qué? Partiendo de la base de que lamentablemente nos consideramos seres condicionados, bajo ese condicionamiento psicológico, generalmente producto de la cultura que nos cría, creemos que nos falta algo por hacer, algo por saber, algo por decir, siempre.
La ciencia está permanentemente buscando soluciones a problemas, y poco le interesa lo que sea "la verdad", y tampoco tiene porque interesarle. ¿A quién le importa lo que es en sí, La Verdad? A mucha gente, pero es a esa gente a la que me voy a referir ahora, tampoco en contra de ella, sino para ella. Es cierto que buscar respuestas a nuestros interrogantes es una actividad sumamente humana, y hasta necesaria. Ahora bien, una cosa es buscar respuestas respecto a preguntas que plantean un problema, y otra muy distinta es pretender buscar una respuesta a la pregunta mencionada anteriormente, esa que nombra lo cierto e irrefutable bajo el nombre de La Verdad. "La" designa que es una sola y misma cosa que debe ser compartida o, si se quiere ser un poco platónico, a la cual todas las demás cosas deben participar.
Es posible que plantear este tema hoy en día sea algo trillado e innecesario. Aunque pareciese que sólo en el medioevo y en la antigüedad la gente se preguntaba por ese ente sublime llamado verdad, hoy también quedan unos tantos que se siguen preocupando por la cúspide de todo ser: logos, veritas, Dios (pongan el nombre que se les ocurra aquí).
Parece ser que a un grupo de distinguidas mentes se les ocurrió que tal vez la mismísima palabra "verdad" no es sino sólo una palabra, y nada más. Un signo al cual le hemos atribuido tantos atributos que se ha inflado de tal manera que quien crea poseerla, hace uso de ella de la manera que se le cante (generalmente, por lo que la historia nos data, lo hace de manera autoritaria y dogmática)
Quien posee la verdad posee a todos aquellos que la buscan (magnificamente el sr. Michel Foucault y sobre todo F. Nietzsche tratan sobre este tema). Entonces, cuando hacemos mención a este término no sólo hacemos alusión a la palabrita de seis letras cuyo significado es tan amplio, querido y odiado por tantos. Estamos hablando de un medio de control. ¿Qué es eso? Supongamos, imaginemos un tipo, a la cabeza de un país (llamémoslo presidente) que le dice al pueblo que lo eligió como lider político: "Estamos en guerra contra el terror" durante 6 años consecutivos, tal frase fue perdiendo peso, pero al decirla por primera vez, no sólo el país, sino todo el mundo tembló del temor. ¿Era cierto que la guerra era en contra del terror-ismo?. Si vieron el final de esa peli me cuentan, yo todavía no lo ví, pero creo que se como termina.
Agradezcamos a quien creamos necesario por el hecho de que al hombre siempre se le da por darse cuenta tarde, pero al fin, nos damos cuenta. No solo eso, somos tan diversos que; o nos dejamos someter por quien "tiene la verdad", o sino, todo lo contrario, mandamos a matar a quien también nos dice: "Yo soy la Verdad, la Luz y la vida....", tipo al que siglos después y hasta nuestros días se lo venera por muchas partes del mundo, a ése, o al que decía "La violencia es el miedo a los ideales de los demás", averigüen y fíjense que le pasó. Somos increibles, le creemos al idiota de turno una tras otra vez, pero nunca le vamos a creer al pobre infeliz que tuvo buenas intenciones. Bueno, me excedí, tampoco es tan así, fíjense en Mandela, le creyeron tarde.
Sigamos siendo quienes buscamos la verdad, nunca nos convirtamos en aquellos que se creen poseedores de ella, y no olvidemos que La Verdad, así escrita, con mayúsculas, no es algo que la mente pueda pensar, decir, expresar, comunicar, conocer, transmitir ni nada que se parezca. Son dos palabras cuyas primeras letras están escritas con letra mayúscula y cuyo uso dogmático ha permitido al hombre realizar atrocidades innombrables.

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