viernes, 4 de septiembre de 2009

Contrato

Te vi recostada en un lecho, todavía había esperanza
Hice un trato con Dios, pedí un intercambio de almas
Llévame a mi, le dije, como quien le ordena a su peón
Pero con tal Señor tales tratos no se tratan
Luego de sufrimiento, llanto y duelo llegó la aceptación
Y con ella la comprensión, de que con Él no se tranza
Nosotros aquí y Él allá, nos distancia la libertad
No quiso que fuéramos sus marionetas y al crearnos nos largó al abismo de la vida
Aquí estamos, felices de nuevo, pensando que a Él en las malas recurriremos
Pero todo es siempre una versión de lo mismo
Y el contrato que sólo hice, se rompió
Y hasta que no aprenda que con Él no se tranza, se volverá a romper. Y me volveré a enfadar, me sentiré estafado
Y me volverán a decir aquellos ingratos que "Él no ha decidido mi hora",
Pues que en su contrato pareciese que no participo
Y pienso que es injusto, y me siento estafado
Pues el tiempo no tiene propietario Y la vida que tengo es prestada, hasta próximo aviso
¡Que difícil comprender que al hombre pertenece su vida!
Es que nos hemos acostumbrado a la tutela Del ser que nos guía y nos modela
Ser que hemos creado por cobardía de nuestros actos
Quien haya descubierto que la consciencia es la tutora, tal mortal vivirá hasta que su naturaleza disponga lo contrario.
Y no buscará los por qué allá afuera.
Ni siquiera acá en este mundo. Bastará con recordar lo que ha hecho en este tiempo prestado, y el balance decidirá si su vida valió o fue en vano.

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