lunes, 2 de marzo de 2020

Comprender el concepto vida

Comprender el concepto vida

fuente: https://www.diariodecuyo.com.ar/columnasdeopinion/Comprender-el-concepto-vida-20180312-0061.html

 En previas ocasiones hemos tenido la oportunidad de reflexionar acerca del "pro-yecto'', un concepto heideggeriano que nos invita a reflexionar e interpretar la existencia humana en cuanto somos seres arrojados en un mundo simbolizado por un mar de posibilidades y cuya única imposibilidad de todas sus posibilidades es la muerte. Partiendo del existenciario primordial, a saber, la temporalidad del ser-ahí, del hombre, hoy intentaremos comprender el concepto "vida' desde el la óptica del vitalismo nietzsheano.

La célebre fórmula que Nietzsche propone para la interpretación del sentido vital es "amor fati'', a saber, amor al destino, a la vida en su constante devenir. No se trata de aceptar las cosas "tal como vienen', simplemente, sino amar aquello que deviene en tanto es vida. Aquí surge una crítica, sobre la visión de poner el acento en la costumbre de interpretar la aceptación como el fruto de una resignación ("esto es lo que me tocó'). Aquí se da un paso más, dejando de lado todo tipo de victimización posible: tomar las riendas de la vida, en este caso, no es una pretensión de control (o autocontrol) que depende exclusivamente de la voluntad, sino más bien una postura metafísico-política.

En este sentido, la "voluntad de poder' juega un rol fundante, en cuanto dota de sentido dos ejes estructurantes de la vida, a saber, el de la conservación y aumento. De acuerdo a las teorías biologicistas coetáneas a Nietzsche, existe una constante en todo ser vivo, que es su instinto de supervivencia, de conservación de vida. Ahora bien, en este planteo filosófico se explicita insuficiente dicho "instinto' ya que todo aquello que pretende acumularse, conservarse, sin pretensión alguna de aumentarse, se estanca, se pudre. Tal "aumento'' no es más que la dotación de sentido que provee el poder en la voluntad.

En su obra "Del sentimiento trágico de la vida', Miguel de Unamuno sustenta una crítica profunda a la pretensión de pérdida del "principio de individuación', planteado desde un punto de vista estrictamente existencialista, el cual relacionamos estrechamente con el postulado nietzscheano del "eterno retorno''. En el Capítulo 1 titulado "El hombre de carne y hueso'', el filósofo español lo deja bien claro: "Eso es lo que yo no acabo nunca de comprender, que uno quiera ser otro cualquiera. Querer ser otro, es querer dejar de ser uno el que es. Me explico que uno desee tener lo que otro tiene, sus riquezas o sus conocimientos; pero ser otro, es cosa que no me la explico''. Ser yo, por siempre, y querer serlo, eternamente. Debo amar mi destino, no al estilo griego de "Tijé'' (destino, suerte, fortuna, fuerza ciega de un sistema ordenado de leyes) para querer ser siempre "yo''. Es ese poder que quiere en la voluntad el que crea, es el que posibilita todo acto de creación y da sustento, sentido a la existencia humana en el marco de un concepto de libertad imposible de disociar de dicho poder capaz de crear.

Visto este pequeño pantallazo filosófico en torno al concepto "vida'', relacionándolo con el aspecto estrictamente creativo que le da su valor fundamental, sugerimos que, como también señala Hannah Arendt, la capacidad de actuar es sin dudas el fundamento del sentido de la existencia. Una sociedad en la cual sus sujetos están convencidos del mito de la imposibilidad de la acción genera una comunidad abúlica, inactiva, poco participativa, pero, por sobre todas las cosas, totalmente insensibles a la realidad que compartimos con nuestros "otros', es decir, el mundo, ese espacio que sólo surge en la interacción y no en el aislamiento individualista.

 

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