Comprender el concepto vida
Comprender el concepto vida
fuente: https://www.diariodecuyo.com.ar/columnasdeopinion/Comprender-el-concepto-vida-20180312-0061.html
En previas ocasiones hemos tenido la oportunidad de reflexionar acerca
del "pro-yecto'', un concepto heideggeriano que nos invita a reflexionar
e interpretar la existencia humana en cuanto somos seres arrojados en
un mundo simbolizado por un mar de posibilidades y cuya única
imposibilidad de todas sus posibilidades es la muerte. Partiendo del
existenciario primordial, a saber, la temporalidad del ser-ahí, del
hombre, hoy intentaremos comprender el concepto "vida' desde el la
óptica del vitalismo nietzsheano.
La célebre fórmula que Nietzsche propone para la interpretación del
sentido vital es "amor fati'', a saber, amor al destino, a la vida en su
constante devenir. No se trata de aceptar las cosas "tal como vienen',
simplemente, sino amar aquello que deviene en tanto es vida. Aquí surge
una crítica, sobre la visión de poner el acento en la costumbre de
interpretar la aceptación como el fruto de una resignación ("esto es lo
que me tocó'). Aquí se da un paso más, dejando de lado todo tipo de
victimización posible: tomar las riendas de la vida, en este caso, no es
una pretensión de control (o autocontrol) que depende exclusivamente de
la voluntad, sino más bien una postura metafísico-política.
En este sentido, la "voluntad de poder' juega un rol fundante, en cuanto
dota de sentido dos ejes estructurantes de la vida, a saber, el de la
conservación y aumento. De acuerdo a las teorías biologicistas coetáneas
a Nietzsche, existe una constante en todo ser vivo, que es su instinto
de supervivencia, de conservación de vida. Ahora bien, en este planteo
filosófico se explicita insuficiente dicho "instinto' ya que todo
aquello que pretende acumularse, conservarse, sin pretensión alguna de
aumentarse, se estanca, se pudre. Tal "aumento'' no es más que la
dotación de sentido que provee el poder en la voluntad.
En su obra "Del sentimiento trágico de la vida', Miguel de Unamuno
sustenta una crítica profunda a la pretensión de pérdida del "principio
de individuación', planteado desde un punto de vista estrictamente
existencialista, el cual relacionamos estrechamente con el postulado
nietzscheano del "eterno retorno''. En el Capítulo 1 titulado "El hombre
de carne y hueso'', el filósofo español lo deja bien claro: "Eso es lo
que yo no acabo nunca de comprender, que uno quiera ser otro cualquiera.
Querer ser otro, es querer dejar de ser uno el que es. Me explico que
uno desee tener lo que otro tiene, sus riquezas o sus conocimientos;
pero ser otro, es cosa que no me la explico''. Ser yo, por siempre, y
querer serlo, eternamente. Debo amar mi destino, no al estilo griego de
"Tijé'' (destino, suerte, fortuna, fuerza ciega de un sistema ordenado
de leyes) para querer ser siempre "yo''. Es ese poder que quiere en la
voluntad el que crea, es el que posibilita todo acto de creación y da
sustento, sentido a la existencia humana en el marco de un concepto de
libertad imposible de disociar de dicho poder capaz de crear.
Visto este pequeño pantallazo filosófico en torno al concepto "vida'',
relacionándolo con el aspecto estrictamente creativo que le da su valor
fundamental, sugerimos que, como también señala Hannah Arendt, la
capacidad de actuar es sin dudas el fundamento del sentido de la
existencia. Una sociedad en la cual sus sujetos están convencidos del
mito de la imposibilidad de la acción genera una comunidad abúlica,
inactiva, poco participativa, pero, por sobre todas las cosas,
totalmente insensibles a la realidad que compartimos con nuestros
"otros', es decir, el mundo, ese espacio que sólo surge en la
interacción y no en el aislamiento individualista.
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